CENTROS DE ESCUCHA


La estrategia de Zonas de escucha cuenta con un fundamento teórico-práctico sólido y ampliamente documentado en la estrategia integrada como parte de la Política Nacional para la Reducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas (2007) implementada inicialmente por el Ministerio de Salud y posteriormente por el Ministerio de Justicia y del Derecho.

La estrategia de los Centros de Escucha busca mitigar el impacto negativo del consumo de drogas en comunidades locales, instituciones educativas y centros carcelarios, a partir de la intervención y reducción de las situaciones de sufrimiento social y el consumo problemático de sustancias psicoactivas. Plantea la construcción de dispositivos de base comunitaria que trabajando en red, buscan transformar las realidades de las comunidades locales, promover la inclusión social y reducir los daños asociados al uso de sustancias psicoactivas.

En consecuencia, el funcionamiento de los Centros de Escucha, en algunas zonas pudo haber tenido un efecto que, aunque indirecto fue positivo para el mejoramiento de problemas de convivencia y para la percepción de seguridad, contribuyendo así a reducir los problemas de convivencia e inseguridad en algunas comunidades locales del país.

En su operación se interviene el entorno, las zonas, las dinámicas relacionales, la historia comunitaria, los actores institucionales y los individuos. Es decir, se promueve la convivencia y el fortalecimiento del tejido social.
A partir del trabajo de los Centros de Escucha el país cuenta con diversidad de experiencias que pueden constituirse en buenas prácticas de intervención comunitaria con poblaciones y zonas en condiciones de alta vulnerabilidad.

La propuesta de las Zonas de Encuentro, gira en torno a la gestión de las relaciones. Se trata de construir sistemas integrados de respuesta que superen las barreras de segmentación y fragmentación que genera la estructura social y debe tener como uno de sus mayores retos la articulación y la continuidad.

Es necesario transformar los servicios en procesos, la acción individual en acción colectiva y centrar muchos de los esfuerzos en las relaciones comunitarias que hacen posible estas transformaciones. Es importante tener en cuenta que la articulación no sólo se refiere a la conexión de servicios por medio de redes, sino a la re-construcción y renovación del sentido en las relaciones comunitarias.

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